Dediqué unas cuatro horas a
estudiar en Internet el tema. A continuación comparto con ustedes lo más
interesante que conseguí sacar en limpio:
El problema de las algas no
es exclusivo de nuestro querido Algarrobo, de hecho es un tema que ha cobrado
gran importancia en lugares como el mar Adriático, Florida, Nueva Zelandia y
Galicia. En la región francesa de Bretaña se ha convertido en un asunto de
capital importancia pues la península está casi al borde de sumergirse en marea
verde, hay allí varazones colosales de Ulva lactuca o lechuga de
mar de proporciones tan descomunales, que liquidan playas enteras (que son
declaradas no aptas para el baño o incluso el paseo), generando costos de
retiros inabordables para los municipios. No solo el turismo se ha visto
afectado gravemente sino que se está ya frente a un escándalo ecológico y de
salud pública de grandes dimensiones, pues una vez que el mar ha depositado las
algas en la playa, el grosor de la materia en putrefacción es tal que desprende
gases como metano y sulfuro de
hidrógeno, capaces de matar perros, caballos y hasta humanos, por asfixia,
por edema pulmonar o por complicaciones asociadas.
Como el océano es un sistema
complejo hay otras implicancias como la desaparición de la vida acuática
(mariscos, peces e invertebrados) o el enriquecimiento del fondo arenoso con
materia orgánica (que genera la “mayonesa negra” apreciable hoy en las obras de
la pescadería).
Sin embargo podemos
sentirnos afortunados pues la magnitud del daño en nuestra bahía es todavía
puntual y estacional. Por esto estamos creo yo a tiempo para reaccionar y
controlar las poblaciones de este desagradable pensionista.
Se ha postulado que el
origen del boom está dado por el incremento de temperatura de las aguas y las
descargas domiciliarias de todos nosotros que desembocan irremediablemente en
el mar. Así entonces las altas concentraciones de nitrato y fósforo hacen
las delicias de las lechugas de mar, que
lo invaden todo.
Los franceses que están
luchando desde el 2002 han logrado disminuir un 14% el nitrógeno disuelto, pero
la naturaleza del océano y sus dinámicas conspiran en que aún no se consigan
resultados visuales. En Nueva Zelandia existe un proyecto que remueve o
“cosecha” las algas desde la superficie del agua en toda la extensión de la
marea verde y han observado que cosecha tras cosecha la cantidad recogida iría
disminuyendo durante la temporada, pero más importante todavía es que están
evitando la varazón de algas y la consiguiente pérdida de arena que genera su
retiro desde la playa. 6 “cortes” por temporada significan unos USD
100.000.
Ojalá podamos abordar el
tema como comunidad para volver a tener un mar tranquilo (y limpio) bañándonos.
Roberto Carrancá
Vecino