Situación
hacia fines del siglo XX
Algarrobo crece y partir de cierto momento histórico las
autoridades se comienzan a generar a partir de los mismos lugareños, familiares
y forasteros que se establecen paulatinamente en este pueblo costero, el
que además de su proverbial sosiego, incipientes servicios públicos y un precario
asomo de asistencialismo municipal, comenzaba paralelamente a ofrecer
oportunidades de progreso económico. La original tendencia de derecha de sus
fundadores contagia también a la mayoría de estos lugareños, permaneciendo
hasta la fecha como herencia política de los iniciadores y benefactores del
balneario. Paralelamente el desarrollo del país comienza a hacer cada vez más
fácil el acceso de veraneantes, visitantes ocasionales y turistas “por el día”,
dándose comienzo así a la etapa de popularización de Algarrobo en todos sus
frentes.
Las familias más tradicionales al ver amenazado el entorno
y su tranquilidad comienzan entonces a vender sus propiedades y abandonar
Algarrobo. Por el contrario la inmigración popular aumenta y dentro de este
inorgánico proceso variopintos personajes locales logran tomarse la conducción
política de la comuna instalándose por años una seguidilla de autoridades con
discutible preparación para conducir los destinos de la comuna, las que
ejecutando administraciones las más de las veces deficientes y en algunos casos
hasta corruptas, comienzan a marcar la pérdida de horizonte y la degradación de
Algarrobo. La sóla expresión de desarrollo en esta etapa está representada por
megaproyectos y entidades deportivas que atrayendo con discutibles prácticas
comerciales a clientes o socios, no cumplen con su responsabilidad hacia el
entorno y la comunidad al ignorar o eludir deliberadamente las medidas de
mitigación y sustentabilidad que moral y reglamentariamente les correspondía
implementar, todo esto ante la sospechosa "vista gorda" y silencio de
las autoridades de turno.
Enrique Araneda M.