jueves, 19 de mayo de 2016

EL JOVEN ALGARROBINO QUE BUSCA SU LUGAR EN LOS PODIOS DEL VELERISMO MUNDIAL

Pedro Vera compite de manera regular en cada fecha del Torneo Nacional de Lightning, donde aprovecha de prepararse para dejar el nombre de Algarrobo en lo más alto del Torneo Mundial de esa categoría que se realizará el 23 de julio de este año en Ecuador.


Con solo siete años Pedro Vera se subió a su primer velero en la Cofradía Náutica del Pacífico, en Algarrobo, y hoy ya se encumbra entre los mejores exponentes juveniles del mundo en la categoría Lightning. Reconoce que ser velerista en Chile no es fácil ni barato, pero entrega pistas para desarrollar un deporte que ya suma a varios talentos emergentes de la región. 

Pedro Vera (18), oriundo de Algarrobo, se subió por primera vez a un velero a los siete años de edad. Era de la categoría Optimist y había asistido de manera gratuita e impulsado por su padre, a su primera clase de “vela” en la Cofradía Náutica del Pacífico, en Algarrobo. Desde ese momento, Pedro, quien hoy se prepara para competir en la categoría junior del Campeonato Mundial de Lightning 2016 a realizarse en Ecuador, decidió que nunca más se alejaría del mar. 

“Yo pude surgir porque la Cofradía me apoyó con sus clases de verano. Pero, a pesar de que esas clases siguen cada año, no todos los niños tienen la suerte de encontrar esa oportunidad y así van quedando muchos talentos de Algarrobo en el camino”, cuenta Pedro, mientras arregla el velero clase Lightning en el que en 2014 alcanzó su mayor logro como velerista nacional, medalla de bronce en el Campeonato Mundial Junior de Veleros Lightning que se disputó en Ontario, Canadá. Ese mismo año también participó en los Juegos Sudamericanos de Vela que se llevaron a cabo en el Club de Yates de Higuerillas, en Concón.

Pero para Pedro el gran sueño que desea cumplir como deportista está más que claro: llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 en alguna de las disciplinas de vela que participan en la competencia, ya sea en categoría 49er o 470.

Aún más apoyo

Vera se aproxima rápidamente a las categorías adultas y a ser un deportista profesional, aunque reconoce que sin la constante ayuda de los hermanos Grez, quienes son sus amigos y le han facilitado un velero de la categoría 470 –la que continúa después de Lightning- para entrenar en esa categoría, “lo más probable es que me tendría que retirar”.  

Por eso hace un llamado a los clubes de vela del país a que “sigan abriendo sus puertas y apoyen tanto a los niños que se interesan en los deportes náuticos y de vela, como a los jóvenes que deseen seguir entrenando y no tienen los recursos”. 

Esto porque, recuerda, “a mí se me abrieron las puertas en un club donde a pesar de no contar con los recursos necesarios para costear este deporte, pude desarrollarme y entrenar al alero de programas de becas, de talleres gratuitos y con el apoyo de la municipalidad, de concejales e incluso de la misma Cofradía que me suele ayudar en la parte logística”.

Eso sí, reconoce sentir frustración por quienes también han sido sus compañeros y no lograron conseguir el apoyo necesario para desarrollarse como profesionales, porque, asegura, "es mucho el esfuerzo que suele ser en vano".


"Yo pude surgir porque la Cofradía me apoyó con sus clases de verano. Pero no todos los niños tienen la misma suerte". Pedro Vera.


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