Resulta a todas luces desproporcionado y hasta rayano
en el absurdo que el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones invite públicamente,
reforzando la invitación con el logo del Gobierno de Chile, a una ceremonia oficial
para inaugurar un semáforo en Algarrobo. Bajo este mismo criterio se deberían
realizar “ceremonias” para inaugurar grifos, señaléticas de tránsito, postes de
alumbrado, asientos de plazas y otros, en todo el territorio nacional.
No parece razonable movilizar y comprometer a autoridades,
vehículos, equipos y personas, con sus respectivos costos, para un asunto menor
que no es más que una mejora de uso público en cualquier comuna. Si así no
fuera habría existido una ceremonia similar para cada uno de los miles de
semáforos instalados en el país.
No me cuadra.
Alejandro
Santis Torrent