En mis opiniones sobre el quehacer de Algarrobo y que periódicamente
escribo en este medio informativo, me centro en dos escenarios. El primero, en
lo que refiere a la suerte de su futuro de mediano y largo plazo como Comuna
que se ha quedado estancada, y en lo cual, tengo profunda discrepancias con la
visión de las nuevas autoridades municipales actuales y pasadas. Y, en un
segundo escenario, sobre materias del corto plazo, del diario quehacer de una
Comuna muy peculiar en la que solamente un 20% de sus viviendas son
ocupadas durante todo el año, manteniendo por tanto una muy baja población que
debe sobrevivir principalmente de los ingresos de los meses de verano con la
afluencia de visitantes que copa el 100% de las propiedades y la hace colapsar
en muchos servicios. Ello, obliga al Municipio a velar por una infinidad de
necesidades de la población residente que implica el destino de recursos que
exceden a sus posibilidades, debiendo asignar según prioridades y muchas veces,
dejar sin atender.
En este último sentido, ya he manifestado que se ha notado un importante y
muy positivo cambio en la gestión municipal, cabiendo señalar que hoy vemos una
ciudad y playas limpias, luminarias repuestas, asistencias a la educación con
mayores becas, ayuda a las organizaciones vecinales y sociales, a las
actividades deportiva y de la cultura, preocupación por dar un mejor servicio
en el área de salud, en fin, podemos decir que hay avances muy positivos que
debemos reconocer y felicitar.
Hoy, me quiero referir a uno de esos hechos. En el Condominio donde vivo,
debió ser clausurado el recinto de acopio de la basura debido a que fueron
detectados roedores.
Provisoriamente se nos facilitó un contenedor móvil (pero
de mala presentación) y a los pocos días fue retirado e instalado en su
reemplazo un juego de basureros nuevos que satisfacen nuestra necesidad y
tienen una buena presentación. Agradezco, por tanto, esta rápida acción,
a lo que antes no estábamos acostumbrados y que constituye ya una situación
positiva que se observa en nuestra Comuna.
Patricio Gómez Bahamonde