Además del Plan Regulador PRC que actualmente se discute en nuestro municipio y que comenté anteriormente, la planificación urbana dispone de otros instrumentos como el Plan de Desarrollo Comunal PLADECO y el Plan Urbano Estratégico PUE (ambos entiendo ya ejecutados y aprobados en Algarrobo) y como los ciudadanos comunes solemos ignorar como funcionan estos instrumentos, que importancia tienen, que efectividad real logran, que interrelación alcanzan entre ellos y como podemos participar en las definiciones que nos afectarán, favoreciéndonos o perjudicándonos, me ha parecido interesante transcribir a continuación parte de un estudio aparecido en la revista PLANEO del IEUT de la Universidad Católica sobre la materia. El artículo dice así:
“El Plan de Desarrollo Comunal (PLADECO) es un
instrumento indicativo que cada municipio debe tener según la Ley Orgánica
Constitucional de Municipalidades y debe orientar
el desarrollo de la comuna. Tiene una duración mínima de cuatro años y
debe ser aprobado por el concejo
municipal. Hasta ahí muy claro, pero la pregunta que todo el mundo se hace
es para qué sirven. Si uno hiciera una encuesta con personas con conocimiento
de las dinámicas municipales en Chile, me atrevo a presagiar que la mayoría
respondería “para nada” o si fuera
un poco más formal “para cumplir con la
ley que dice que hay que tener un PLADECO vigente”, o en la visión más
mercantilista “para dar trabajo a las
consultoras”.
En otro plano, el ejercicio de construcción sirvió para
explicar con claridad y transparencia los alcances del plan y también de alguna
forma el accionar del municipio en el desarrollo comunal, considerando que
existen limitantes estructurales que superan las buenas intenciones. Sin embargo,
se pudo percibir que el proceso también genera un “cansancio” en la ciudadanía al realizar preguntas repetidas sobre sueños para su barrio, localidad o comuna
que pueden o no ser considerados en la toma de decisiones futuras. En este
sentido cabe destacar que la pregunta más frecuente que recibimos en los
primeros talleres fue sobre lo que había pasado con el ejercicio anterior, porque no querían ser convocados cada
cuatro años para dar su opinión y después no saber más del tema.
Si el Plan elaborado en estas condiciones no cumple con el seguimiento mínimo que se
requiere, la frustración será grande para todos los involucrados en la
planificación. En este ejercicio se incorporó en el mismo documento una
propuesta de seguimiento y evaluación, aprobado en el mismo plan, pero que a un
año de aprobado debemos comentar con
decepción que sería lo mismo haberlo o no incorporado.
Entonces volviendo a la pregunta original, para qué sirve
el PLADECO, creo que es necesario precisar que en las condiciones actuales sólo sirve para declarar buenas intenciones
y cumplir con una legislación que sigue centrándose más en la formalidad (tener un Plan actualizado) que en el fondo, lo que sería seguir,
aunque fuera en una forma parcial, avanzar en las propuestas, ejes, planes y
programas propuestos en el instrumento.
El desafío del seguimiento debe también involucrar a una
ciudadanía activa y en eso el CEDEL puede jugar un rol destacado. Pensamos que
es necesario convocar las veces que sea necesario a las autoridades para incitarlos
a asumir los compromisos pero también generar y, quizás liderar, alianzas estratégicas fuertes con las organizaciones para que
el ejercicio realizado no quede en la formalidad del cumplimiento.
Hoy las redes sociales, los mecanismos de construcción
colectiva y la tecnología posibilitan una acción de seguimiento múltiple, con
diversidad de nodos que están levantando y procesando información al mismo
tiempo. Esa es una oportunidad muy importante para seguir jugando un rol
preponderante en el territorio en el que estamos insertos. Desde esta
perspectiva, el PLADECO debe servir para
alentar una ciudadanía más activa y conectada con los proyectos que se
desarrollan en el territorio, con un monitoreo comunitario que nos permitan
avanzar hacia los procesos de rendición de cuentas, control ciudadano o control
social que tanta falta hacen en nuestro país.”
Alejandro Santis
Torrent