Tiempo atrás, por plantear públicamente mi inquietud ante la ausencia de
una directriz central de nuestro Alcalde como la máxima autoridad comunal
llamada a orientar a los ciudadanos y agentes de inversión pequeños, medianos y
grandes, para levantar nuestra Comuna y proyectarla con una visión de futuro a
una ciudad-balneario de excelencia, el Alcalde me descalificó tildándome en
forma mofosa de “iluminado” que solo critico y nada aporto al igual que otros
vecinos llegados desde fuera, que no serían, según él, auténticos algarrobinos
con derecho a voz.
Ha hecho saber que en su actual gobierno lo acompaña un equipo
calificado y líderes de un importante sector mayoritario de los algarrobinos
autóctonos que tienen muy claro lo que se necesita y saben muy bien cómo
hacerlo para levantar a Algarrobo, no necesitando de la ayuda de los “foráneos”
e “iluminados”. ¿Ceguera? ¿Soberbia? ¿Mentalidad y actitud isleña de
autosuficiencia? No lo sé. Pero es así. En mi recorrido por aprox. 800 hogares
en la última campaña electoral para concejal independiente, me decían:
“apreciamos mucho su esfuerzo y planes de desarrollo que nos presenta, nos
parece un sueño lejano que nunca habíamos oído, no lo imaginamos, pero no
podemos votar por usted porque no es de acá, no es de los nuestros, acá todos
nos conocemos desde pequeños y no confiamos en los que vienen de afuera. Usted
no nos da seguridad de recibir la ayuda que estamos acostumbrados a recibir del
municipio y que, don Jaime, la conoce muy bien y ya lo ha hecho varias veces”.
Lo anterior, creo que obedece a un prejuicio propio del pasado, de la
época de los “buenos patrones de fundo” y que explica la deficiente gestión y
escasa visión de futuro que han presentado las diferentes autoridades que han
dirigida nuestra Comuna en los últimos veinte años. Han sido
principalmente administradores de los pocos recursos que recibe el Municipio,
destinando los fondos en asistencialismo y olvidándose así del futuro sin
preparar proyectos para su desarrollo ni fomentar inversiones que generen
nuevos y mayores recursos que permitan mejorar la calidad de vida de la
población y así abrir puertas para nuevas y mejores fuentes de trabajo para su
juventud. La caída y deterioro de Algarrrobo no necesita detalles. Es
algo aceptado por todos, y precisamente por el propio señor Alcalde cuya enorme
y rica campaña la hizo bajo el llamado “Levantemos todos juntos a Algarrobo”.
Ello, resultó muy convincente y atractivo, ya que había sido Alcalde en dos
oportunidades anteriores, y además concejal del Municipio y CORE regional,
sumado a su grado de amistad con la población residente y la gratitud que le
tienen como un gran y merecido benefactor.
A mi edad, próximo a cumplir 70 años, sin ninguna ambición política ni
intereses económicos, podría tomar la actitud cómoda y fácil de guardar
silencio y aceptar el tapaboca de nuestra máxima autoridad. Pero no lo haré,
por cuanto tengo muy arraigado mis principios y valores del rol que nos
correspondo a todos, sin excepción, de velar por los derechos y
responsabilidades ciudadanas que nos corresponden por vivir en una sociedad
conformada por personas que somos parte de una misma comunidad, cual sean las
diferencias propias de la diversidad humana que conforma una vecindad comunal.
Todos somos algarrobinos aunque algunos no necesitemos ayuda del municipio ni
tengamos ficha de protección social.
Quiero puntualizar que no tengo una actitud crítica o descalificadora a
la persona del señor alcalde ni de su equipo de colaboradores ni de los seis
concejales electos, pues su educación, formación, condición social y económica,
posición política partidista, como su carácter y forma de ser, les son propias
y plenamente conocida por los algarrobinos residentes que les han dado
mayoritariamente sus votos y respaldo para que los representen y gobiernen la
Comuna bajo lo que ellos aspiran y quieren para el Algarrobo en que viven y
necesitan. Mi preocupación es de orden de gestión y no personal. Observo
que se maneja la Comuna con una visión de corto plazo y centrada peligrosamente
en la inmediatez del asistencialismo que es “pan para hoy y hambre para
mañana”. Basta asistir a las sesiones o leer las extensas actas de los Concejos
del Municipio para comprobarlo. Las leo todas y las mantengo en archivo
digital. Si alguien las desea leer no dude en pedírmelas. Su lectura (60
páginas o más por cada sesión) es un muy buen ejemplo de la afirmación que hago
de ausencia de una actitud decidida de orientación para levantar a Algarrobo
con visión de fututo. Si no se toma conciencia de la necesidad de cambio
para elevar la atención tan focalizada en la inmediatez de nuestra autoridades
locales y se continua desechando la voz de la experiencia de profesionales,
empresarios, agentes de comercio y especialmente del turismo y servicios, e
inversionistas con sentido de responsabilidad social y de cuidado del medio
ambiente, nuestro querido Algarrrobo seguirá estancado y entregado a la
sola iniciativa de inversionistas aislados sin sumarse a un plan de
estrategia común.
A través de una serie de artículos que publicaré en forma periódica iré
desarrollando lo que se debiese ir abordando como un plan central que forme
parte de una estrategia que las autoridades podrían asumir para volver a
posicionar a Algarrobo como una de las ciudades balnearia de primera línea en
Chile, marcando una significativa diferencia con las comunas vecinas de la
Provincia.
Patricio Gómez Bahamonde
Ingeniero Comercial PUCV/UAI