Agradezco a don Patricio
Gómez su oportuna y clarificadora información que nos ha entregado en este
sitio informativo, el cual, tiene una gran lectura de los algarrobinos de
corazón y también es muy útil para informarnos de lo que el municipio está
haciendo en el día a día bajo un muy eficiente espíritu de asistencialismo.
Ahora quiero referirme a
la mediocridad de lo tratado sobre el tema del hermanamiento con una ciudad de
China Popular en el Concejo Municipal según lo que informa el señor Gómez.
Verdaderamente da vergüenza que todos esos ilustres ciudadanos algarrobinos
elegidos democráticamente para representar los intereses de toda la comunidad y
además para dirigir su desarrollo, carezcan de las aptitudes necesarias. El
cargo les queda grande. Lo está, para un pueblito perdido en la cordillera o en
los valles entrecordilleranos alejados del mundo, pero no para una comuna con
la riqueza natural que tiene Algarrobo y su ubicación estratégica, próxima a
Santiago y la provincia de Mendoza, de Argentina.
Es evidente que no
tienen la preparación ni capacidad adecuada para lo que Algarrobo necesita para
su desarrollo, pero creo no es culpa de ellos, pues como muchos nacidos y
criados en Algarrobo no han tenido la oportunidad de seguir estudios superiores
de nivel técnico profesional ni conocer otras realidades, como tampoco adquirir
experiencia y habilidades en el mundo del trabajo empresarial, en donde existe
un nivel de exigencia y rendimiento que en Algarrobo se estima innecesario y
propio de los foráneos iluminados que son indeseables.
¿Cómo es posible que en
el equipo de concejales no tenga cabida al menos un vecino foráneo con
preparación y experiencia? Los algarrobinos que en verdad quieren vivir
en un Algarrobo próspero, con futuro para su juventud y con una mejor calidad
de vida para todos, deben comprender que elegir a las autoridades comunales no
es un acto de lealtad a la amistad, de gratitud por favores concedidos ni menos
tener un representante para proteger intereses de una familia o un sector específico
olvidando el bien común. Aquí está la clave del problema de Algarrobo.
Luego de leer lo tratado
en la sesión que el señor Gómez informa, pienso que en la empresa en donde
trabajo ninguno de ellos pasaría las exigencias mínimas para trabajar en ella.
Es un infortunio que padece Algarrobo por la falta de educación cívica y la
falta de interés participativo de la juventud que ha tenido la oportunidad de
tener estudios superiores y experiencia en ambientes de trabajo de exigencia
técnico profesional. Pero no puedo dejar de felicitar a la concejala
Yolanda Yáñez, quien con una normal visión realista que los demás manifiestan
no tener, advierte que “los chinos no vienen a regalar nada”, que es a lo cual
los vecinos de origen han estado acostumbrados a esperar desde una cultura
centenaria de asistencialismo.
Por último unas palabras
a la decisión del vecino algarrobino de tantos años que pasó su juventud y
mejores años vacacionales con su familia y maravillosos fines de semanas largos
en este excepcional balneario ahora de baja, me refiero don Eduardo Muñoz.
Comparto su visión crítica. Ante no ello, no tengo nada que agregar, pero
invito a los que piensan igual a no perder la esperanza, a tratar por todos los
medios a convencer a los algarrobinos que deben cambiar su mentalidad
conservadora y atreverse a abrir las puertas a la modernidad, al empuje, la
experiencia y capacidad de lo que poseen a los que ellos mal llaman “foráneos”
y también a los que ostentan títulos universitarios. Le deseo suerte a don
Eduardo en la ciudad balneario en donde está viendo la posibilidad de comprar
su segunda vivienda.
Juan Muñoz A.