Somos muchos los que vemos con esperanza y hasta simpatía la elección
de Jaime Gálvez como Alcalde de Algarrobo por su calidad humana, su formación y
su experiencia en las lídes municipales. Después de un largo período de oscurantismo
y estancamiento se vislumbra la posibilidad de un real despegue de Algarrobo sobre
tres frentes básicos, el ordenamiento de la actividad municipalidad y cercanía
con la población, el adecuado control de los recursos y finalmente la creación
de un plan de desarrollo integral, profundo y ambicioso que tanto necesita la
comuna y sobre el cual tanto se ha polemizado en este medio y en otros.
En los dos primeros frentes y transcurridos 10 meses la mano de Jaime
sin duda se ha notado, Algarrobo luce más limpio y ordenado, ha mejorado notablemente
la comunicación y la transparencia y se realizan numerosas actividades para las
distintas agrupaciones de vecinos. Respecto de los recursos, de las cartas
recibidas se puede deducir que las finanzas están al menos equilibradas, aunque
continúa pendiente la auditoria ofrecida.
El alcalde, bien inspirado, se preocupa y se nota su mano, no
desprovista del componente asistencialista propio de la política nacional, muy
esperado y agradecido por los electores y orientado en parte a favorecer y mantener
la popularidad entre los adherentes, lo que desde este punto de vista ya dejó
de ser cuestionable.
Sin embargo a juicio de muchos, entre los que me incluyo, el tercer
frente que es el del gran potencial de Algarrobo y su proyección futura continúa
aún pendiente, lo que ha sido destacado en innumerables cartas en este Blog y a
partir de las cuales se ha generado una verdadera guerra de descalificaciones
que a nada conduce y que por el contrario paraliza la acción. Hemos perdido
muchísimo tiempo entregando ideas, polemizando, impugnando, pero paralelamente también
hemos ido hipotecando la posibilidad de ser eficientes en concentrar los
esfuerzos en el objetivo central, cual es el despegue definitivo de Algarrobo.
A mi parecer nuestro alcalde tiene que abrirse a las legítimas y
necesarias opiniones de sus disidentes generando los conductos para recibir sus
aportes en un ambiente de participación positiva pues nadie puede dejar de
reconocer las debilidades creativas, de gestión y sobretodo de visión de
nuestras autoridades de los últimos tiempos y las valiosas experiencias e ideas
que algunos foráneos hemos tratado de aportar.
Por otra parte estimo que corresponde suspender los ataques y
descalificaciones a nuestro Alcalde y sus colaboradores para colaborar al
establecimiento de un ambiente de sana participación en el que se pueda acoger
estas demandas.
Estoy seguro que en ambos bandos, “el equipo municipal” y los
“iluminados” existe la total intención de trabajar por el desarrollo de la
comuna, lo que claramente no se ha encontrado es la forma de encauzar todos los
esfuerzos hacia una acción en común que permita recuperar terreno perdido,
romper la inercia y de una vez por todas llevar a Algarrobo a la posición que
merece.
Alejandro Santis Torrent