Se nos pasó volando otra esperada temporada, ya nos dejaron los turistas
y su algarabía (para nuestra conveniencia con sus bolsillos vacíos) y Algarrobo
y su gente, con su intrínseca y al parecer irrenunciable vocación de balneario
de verano comenzará a hibernar por un año más, con las solas excepciones en el
horizonte de la Semana Santa, las Fiestas Patrias, y dos escasos feriados
posibles de ser transformados en fines de semana largos, por algunos afortunados.
Se da fin así a otra etapa cumplida, a decir de muchos “de manera reguleque” como consecuencia de los consabidos y
endémicos problemas de Algarrobo, aunque muy probablemente numerosos visitantes
igual se habrán regresado reconfortados al haberse desligado unos días de Santiago
y disfrutado del mar, con pilas recargadas y nostálgicos recuerdos para el
resto del año.
Pero a los que conocemos el trasfondo de nuestra realidad algarrobina corresponde
preguntarnos si los acogimos bien, si se habrán sentido cómodos, si querrán
regresar, si se habrán llevado una buena imagen de la comuna, su entorno y sus
servicios, si habremos cumplido con sus expectativas y si volverán para dejarnos
sus aportes, en resumen preguntarnos como podríamos haberlo hecho mucho mejor.
Los ciclos se suceden y nuevamente a partir de marzo tendremos todo un largo
año a nuestra disposición para resolver los problemas internos, desacuerdos e
incomunicaciones, para prepararnos adecuadamente para la próxima temporada,
para optimizar la infraestructura y los servicios, para mejorar nuestra imagen
de ciudad-balneario, para crear más y mejores fuentes de trabajo con ingresos permanentes
para nuestros habitantes, en resumen para hacer bien las cosas, buscando la
excelencia y enfrentando con nuevos bríos las grandes definiciones aún pendientes.
¿Cómo andarán este año las capacidades, los ánimos, las visiones de
futuro, las motivaciones, los recursos, los criterios y el talento disponible para
acometer tamaño desafío? ¿será necesaria una buena y profunda catarsis?.
El tiempo transcurrirá inexorable y finalizando la temporada 2015 un nuevo
examen tendremos que rendir y un nuevo ciclo comenzará, pero si a partir de hoy
mismo no nos aplicamos a fondo puede que a esas alturas otro año se haya perdido
en la búsqueda del anhelado despegue de Algarrobo.
Alejandro Santis Torrent