domingo, 1 de diciembre de 2013

LOS LÍMITES DE LA PACIENCIA O LA IRRESPONSABILIDAD DE LA INDIFERENCIA

He sido sorprendido gratamente con el relato y opiniones que nos ha hecho en este medio, el algarrobino don Joaquín Berrios con motivo de haber asistido y participado en la charla que dio la profesional  Bianca Rodríguez, miembro de la Corporación Cultural de Algarrobo, acerca de la ecología, sus principios y áreas de interés  y cómo esta perspectiva se hace indispensable para enfrentar el desarrollo de la vida, en particular en nuestro Algarrobo. 

 Aunque no tengo el agrado de conocer personalmente a don Joaquín, deduzco por el número de su cédula de identidad, que se trata de una persona con un vasto camino recorrido que le permite hablar con la voz de la experiencia de los años y la prudencia de la sabiduría que busca exhaustivamente la verdad  -sin prejuicios ni alocada rapidez-  de los hechos que muchos algarrobinos no pueden ver o reconocer. Concuerdo plenamente con don Joaquín. Vivimos en una Comuna que permanece en el letargo de un hundimiento que tiene responsables y que, inexplicablemente, son elegidos y reelegidos en un continuismo que nos conduce a ser gobernados por los mismos de siempre y con una misma mentalidad de conservantismo carente de visión de futuro.

En una aventura, que sabía era muy difícil de lograr, postulé el año pasado como independiente al Concejo Municipal de modo de lograr abrir así una pequeña ventana a ese círculo cerrado que nos mantiene por tantos años en este “hoyo negro” tal como lo señala don Joaquín. Obtuve 288 votos, siendo superado con creces por los candidatos “locales” de acá que califican como los únicos y verdaderos algarrobinos. Soy un profesional universitario (Ingeniero comercial (U.A.I.) que luego de más de cuarenta años de ejercicio de la profesión en el ámbito del sector privado, me he radicado definitivamente en Algarrobo e intentado aunar y encauzar la voz disidente.

Esta vez, deseo destacar algunas de las opiniones de don Joaquín que comparto en un cien por ciento y que cito a continuación:

·      En Algarrobo existe la impostergable necesidad de traer la cátedra – donde se desarrolla objetivamente  la validez de los conceptos – a la acción ciudadana,  en la vida corriente”.
    
·          “Nuestro querido balneario va, paulatinamente, convirtiéndose en un irrecuperable “hoyo negro”.
    
·      En Algarrobo parece no haber una instancia superior que analice, ordene y enfrente con el apoyo ciudadano los caminos para revertir tan penosa tendencia.

·      Nuestros representantes parecen estar afectados ya sea por la ignorancia o por la acción de una mano negra o, quizás  por ambas.

·      Creo oportuno proponer a los lectores de AquiAlgarrobo, que meditemos sobre estos temas y logremos algún camino a seguir para tratar de torcer el triste destino que depara a nuestra comunidad.

Don Joaquín, usted no es el único. Forma parte de una naciente corriente que está cansada, sobrepasada en su paciencia e indignada de seguir en lo mismo, con los mismos de siempre sin vislumbrar cambios de timón para encauzar a Algarrobo al sitial que le corresponde. Aunque ambos somos hombres ya muy mayores de la tercera edad y nos queda menos tiempo, ya verá, como poco a poco, irán surgiendo nuevas voces de reemplazo para tomar la bandera de los cambios en Algarrobo por tantos años postergados.

Bien vale la ocasión para citar parte de la letra de la canción “Sale el sol” que dice: “No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo aguante; y un día después de la tormenta, cuando menos lo pienses, saldrá el sol”.

Patricio Gómez Bahamonde

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