Amigo Eduardo, tal como me lo venías diciendo hace tiempo, tu
paciencia estaba casi agotada y lo poco que te quedaba, estaba cifrada en el
resultado de las últimas elecciones municipales en que, quizás en forma muy
ilusoria, pensabas al igual que otros “afuerinos”, que las nuevas autoridades
municipales elegidas por los algarrobinos, con su alcalde a la cabeza y el
equipo de concejales, conformarían un equipo renovador, con mejor
preparación, capacidad de emprendimiento, con nuevas ideas y audacia para
sacar a este decaído Algarrobo. Nada de eso pasó. Habrá que esperar cuatro años
más y que los vecinos algarrobinos comprendan que el mundo ha cambiado y que
hoy, no pueden seguir pensando que son dueños de un pueblito exclusivo de
amigos y compadres, emparentados y paleteados, que viven de lo que dejan los
veraneantes y de lo que la Municipalidad complementa, y que, para decirlo en
forma elegante para no herir susceptibilidades no practican la letra de
la tradicional canción que dice: “Si vas para Chile (Algarrobo), te ruego
viajero … y verás cómo
quieren al amigo cuando es forastero …”.
Es muy cierto, el análisis que haces. Es una realidad que está a la vista.
Respeto tu decisión, que ya ha sido tomada por muchos y ello se puede observar
haciendo un recorrido a las grandes casas en donde veraneaban presidentes,
destacados políticos, intelectuales, empresarios y prestigiosos
profesionales. Hoy están vacías. Algunas convertidas en residenciales y
otras en mini locales de venta de productos chinos. No sé si habrá otra ciudad
que tengan tantos avisos de propiedades en venta. Algarrobo va para abajo, pero
en lo personal, no pierdo las esperanzas y mantengo la confianza de que algún
día, entre los algarrobinos surjan nuevos líderes, especialmente de la
infinidad de jóvenes que han podido acceder a carreras técnicas y profesionales
y están tomando conciencia que no pueden dejar a Algarrobo en manos de los
mismos de siempre, cuyos malos resultados no pueden taparse con fiestas,
campeonatos, favores personales, pitutos, subsidios, “asistencialismo” para
decirlo en una sola palabra.
Es cierto que Algarrobo se llena más cada verano, pero no es por obra de
las autoridades locales, sino por el incremento de los recursos económicos de
la población chilena, el masivo acceso a vehículos nuevos y a la seguidilla del
traspaso del auto usado, a las modernas carreteras, en fin, Chile cambió. Esto
es generalizado en todo nuestro litoral central y como nuestra Comuna no tiene
estrategia ni un plan maestro, sino vive del azar, el turismo masivo que todo
lo colapsa, ensucia y a veces destruye, es de un nivel de bajo promedio de gasto,
salvo contadas excepciones.
¿Cuántas veces más tendrán que ir a Europa nuestras autoridades municipales
para ver y comprender la diferencia? ¿Llegará, finalmente, el cambio
generacional y con ello, un mejor nivel de preparación y visión de futuro? En
lo personal, me la juego por esto último y me quedo para siempre en Algarrobo.
No acepto ser considerado foráneo en mi propio país, como tampoco, silenciaré
mi voz disidente en donde parece que la mediocridad es un mérito.
Patricio Gómez Bahamonde