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Algarrobo Muy Complicado V

Gerentes vs. Alcaldes

Durante mi vida de trabajo en varias ocasiones debí enfrentar personalmente las dificultades derivadas de reemplazar a gerentes capacitados que por distintos motivos debieron dejar su cargo sin que se dieran las condiciones para un traspaso oficial de sus responsabilidades. Esto genera al interior de las empresas importantes y variadas dificultades y costos que dañan el fuertemente a la organización y sus resultados, pero hay dos de ellas que creo son atingentes a nuestra situación futura y que es necesario destacar.
La primera se refiere a los generalmente ácidos comentarios respecto de la administración saliente por parte de quienes avalaron su salida, los de los acomodaticios y los de sus naturales detractores, quienes en general suelen descalificar su proceder, sus capacidades, su estilo de trabajo o su carisma. Todo esto sucede sin que se ponga en la balanza la problemática, el ambiente y las condiciones reales de trabajo, muchas veces adversas, que debió enfrentar quien deja el cargo, ni menos valorar los aspectos positivos de su desempeño que por escasos que fueren, siempre existen.
Otro aspecto con fuerte incidencia negativa de estas situaciones corresponde a la lealtad, bien o mal entendida, de los colaboradores directos o grupos más cercanos que permanecen en la organización, llegando en casos hasta un boicot anticipado, abierto o subterráneo, incluso con malas prácticas hacia la persona que asume el cargo.
Lo anterior tiende a retrasar la instalación y consolidación de cualquier nueva administración pues dificulta el acceso para conocer los compromisos, procedimientos, planes, programas y políticas que se estaban llevando a cabo por la administración saliente.
El ideal, que en muchos casos no se da, es poder contar con un proceso ordenado de transición que permita una continuidad del sistema de administración, dentro del cual la nueva gerencia va incorporando los ajustes que trae en sus planes y que se van implementando en los plazos que la situación lo amerite y permita.

Según mi experiencia en estos términos cualquier gerente de empresa se demora tres meses en la etapa de conocimiento del proceso administrativo y seis meses en dominar la situación para comenzar a ejecutar sus planes, pero no siempre este ideal se da y como decimos en Chile “otra cosa es con guitarra”.

¿Donde apunto con todo esto y como se puede aplicar a nuestra problemática para evitarnos problemas y costos futuros?

Pienso que una vez que se vayan decantando las naturales posiciones personales y de grupos y se logre abordar un camino de unidad para enfrentar la próxima elección sería oportuno formar equipo con nuestro actual alcalde Sr. Pizarro quién como todos sabemos debió reemplazar involuntariamente, con una cuota importante de sacrificio personal, por la mitad de un período y en condiciones muy críticas a una administración fallida, lo que dada su trayectoria seguramente no querría que se repitiera en su entrega del cargo.
Si hubiera acuerdo se podría iniciar más adelante y paulatinamente, una etapa de trabajo conjunto que permita capitalizar su experiencia junto con evitar o minimizar los costos del futuro traspaso de la alcaldía, es decir ir caminando hacia una transición ordenada en un ambiente de cordialidad y cooperación, mediante un dialogo respetuoso y abierto, e incluso si los ánimos lo permiten, buscando consensos en los temas y aspectos relativos al desempeño municipal del próximo año, de cara a las elecciones.
Esto no implica dejar fuera o abandonar las legitimas posiciones o diferencias pero si privilegiar la creación de una nueva plataforma más amplia de trabajo en la que hasta se podrían resolver algunos de los conflictos pendientes, lo que constituiría además un buen tónico para nuestra alicaída democracia algarrobina.
Dejo la inquietud planteada.
Alejandro Santis Torrent