jueves, 13 de marzo de 2014

Claudio Aguirre, Soluno

Claudio Aguirre, Soluno: "Existe un concepto de cultura bastante distorsionado"


Desde hace al menos un par de años que el amable canto de Claudio Aguirre -Soluno- se viene esparciendo por distintos puntos de nuestra comunaLa propuesta artística de este joven músico busca entablar un vínculo abierto y cercano con la comunidad. Es así como sus canciones se han podido escuchar desde plataformas más tradicionales, como la sala Bordemar de la Casa de la Cultura, hasta la completa informalidad de las arenas de la playa, como en el veraniego ciclo Vuelo de Guitarras. Algarrobo Al Día quiso trazar y compartir con sus lectores un perfil más íntimo del artista, como también conocer su punto de vista personal sobre algunos aspectos de nuestra realidad comunal.

¿Cuándo nace Soluno?

-El 2006. Estaba armando con unos amigos una banda, banda cotota, con buenos músicos, pero yo me estaba aburriendo de ensayar, quería salir a tocar ya. Después entré a teatro, desaparecí un año entero de la faz de la tierra, y reaparecí presentándome en eventos de beneficencia. Siempre he hecho temas para mí, primero fue el rock, después eso decayó y me quedé con la guitarra de palo. Al principio con influencias muy folklóricas, Victor Jara, Violeta Parra, aparece Soluno. Primero fue un canto muy dolido por una ruptura amorosa, que evolucionó a un canto liberador, un bálsamo que suavizó mi visión.
 
-Pero, aclárame algo, ¿por qué Soluno, ese apodo tan especial, por qué no cantaste como Claudio Aguirre?

En un momento cuando se acabaron las bandas fue por una cosa de separar aguas, en un momento me di cuenta que este canto no era tan mío, no lo quería personalizar...

-¿Cómo así?

No quería yo tener la propiedad del canto, "ah, este canto es de Claudio Aguirre"...

-¿Cierto anonimato?

Cierto anonimato y también cierta impersonalidad. Soluno, ¿qué es Soluno? Para mí es un concepto, a mí me ha servido, tiene detrás un propósito...

-Uno piensa en Sol y Uno, ¿o no tiene nada que ver?

Sí, tiene que ver. Primero surgió de un juego. Me quedé solo, "la verdad es que voy a ser solito el uno", jugaba con eso: "solito el uno", como en el bingo (risas), y agarré este alter ego de decir "lo que haga, si lo voy a poner encima, que no sea más de lo mismo, que sea un aporte, aunque sea lo mínimo".

-Por lo que me dijiste hace un rato, y también escuchando tus temas, ¿existe algún vínculo con toda la nueva camada de cantautores que ha surgido a nivel nacional, me refiero a Manuel García, Chinoy y demases...

Conceptualmente diría que no, y creo que tampoco a un nivel estilístico. En un primer momento hice canciones que rescataron algo de la raíz, pero luego esa raíz creo que la profundicé y la llevé a otro lado, no es estética la raíz, no es folklórica en sí sino que me puse a indagar más en el trasfondo.

Pasando a otro tema, ¿cómo llegaste a Algarrobo?

En un momento, en Santiago, en medio de este auge de muchos cantautores que estaban emergiendo, tomé mi camino espiritual y dejé completamente de lado las aprensiones que podía tener con una carrera, y empecé a trabajar con ecoaldeas, proyecté hacer una en el norte. En medio de eso, me vine un fin de semana en invierno a meditar a Algarrobo que era un lugar que había frecuentado hasta la adolescencia, pero más bien en plan de carrete, nunca lo había visto como un lugar para vivir. Hasta esa vez en que descubrí toda su tranquilidad y belleza, un lugar donde podía estar más retirado en conexión con la naturaleza. Y me vine, apostando también que acá había harto que hacer, harto que aportar. Después uno ve que no todos reman para el mismo lado. Creo que hay muchas situaciones atoradas acá que obstaculizan la gestión local.

-Sabemos de la labor que has hecho junto a otros músicos locales, como José Miguel Marambio, de establecer un vínculo con la comunidad, de presentarte muchas veces gratuitamente. Hay un esfuerzo valioso en eso. ¿Tú dices que ahí se les han presentado ciertos obstáculos?  

De hacerlo de manera más formal, yo creo que los hay. Siempre hay alianzas, me vine para acá creyendo mucho en eso, en la alianza entre gente que quiera hacer más que ir a la institucionalidad, qué sé yo, administrativa local, y solicitar el apoyo. Nosotros partimos haciéndola por la propia, quizá también para que seamos reconocidos, porque ¿quiénes somos nosotros para una autoridad mientras no nos manifestemos, no demostremos que tenemos capacidad? Pero después de eso, claro, uno ve que hay otro tipo de preferencias. Hay un concepto de cultura bastante distorsionado. Cultura, al menos como yo considero, tiene que ver con lo local, siempre. Siempre hay cultura donde hay dos personas ya, se desarrolla cultura. Entonces es muy violenta la influencia que tienen muchas veces los medios masivos de comunicación que imponen ciertos criterios culturales, que impiden reconocer los valores locales. Hemos puesto en marcha el proyecto "Todos Somos Uno", de manera bastante exitosa pero tenemos pretensiones de desarrollarlo mucho más, integrar a más personas, a los músicos locales, que han nacido y vivido acá siempre. Yo creo eso: todos los gestores locales merecen plataformas y también la valoración.

-En ese sentido, ¿qué opinión te merece la convocatoria del cabildo cultural como una instancia de participación ciudadana?

Es una formalidad. Mientras hayan formalidades, la gente, el funcionario, va a cumplir muy bien con esas formalidades. Pero cuando no está esa estructura, no existe ese compromiso real con querer hacer algo por la cultura local, es poco lo que queda. Acá la cultura pareciera que es el hijo indeseado, y siempre está ligada cultura estrictamente con arte, y todo esto lo ven como un agente cosmético para el verano. Hay que ser más sinceros, más sinceros en reconocernos donde estamos, no estamos en Santiago, no estamos en Broadway, estamos en Algarrobo. ¿Qué es lo que hay en Algarrobo? Ser sinceros, ser cariñosos, valorar lo que hay a nivel local, no ningunearnos. Si los gestores de cultura locales no tienden a reconocer a la cultura local, nos estamos ninguneando a nosotros mismos. Y se nota. Se nota muy falso, muy postizo. De repente tenemos una cultura "x" que, claro, el turista viene de la misma fuente entonces la va a reconocer y valorar, pero durante el año se genera un sinsabor que la comunidad lo está sintiendo. En ese sentido creo que los cabildos han sido importantes, en poder canalizar eso, pero no va a pasar mucho ahí si no hay participación ciudadana.

La música de Soluno se puede escuchar aquí
Sitio interactivo de participación ciudadana con información de interés general al servicio de la Comunidad

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