Voy diariamente a Mirasol y paso enfrente de la Plaza fe
Mirasol. Hasta hace un tiempo era un lugar horrible, sucio, botadero de basura,
ramas etc. Y un señor, Gabriel Jaume, que vive en Mirasol ha remodelado dicha
plaza por iniciativa propia con fondos propios y con la ayuda de algunos
vecinos, según me he enterado y le ha
cambiado totalmente el pelo. Es un gesto digno de alabar y me permitió
felicitar al Sr. Jaume. Personas que actúan de esa forma en silencio son las
que debieran ser reconocidos y rogar a Dios que puedan contagiar a otros a
hacer y no solo criticar, criticar y criticar. Nos falta humildad para
reconocer lo bueno independientemente de donde venga e incluso haciendo
abstracción del color político. Aprendamos a ser humildes y reconocidos.
Miguel Nieto